Fútbol // EMPATE A NADA (1-1)

Racing y Valladolid se reparten los puntos en un partido soporífero

Carlos Lázaro se reivindica como futurible en la media pucelana

Si el Real Valladolid no se hubiese desplazado hacia tierras cántabras, si los de Mendilibar no hubieran saltado al terreno de juego tras el pitido inicial, mucha gente probablemente no se hubiera enterado. Los blanquivioletas, inéditos en ataque, arrancaron un punto del Sardinero gracias a la inestimable colaboración de Pinillos que se equivocó de área a la hora de rematar. Y es que no podía ser de otra forma. Eso sí, cabe destacar que los vallisoletanos viajaban con numerosas bajas. Fruto de ellas, el técnico de Zaldíbar nos deleitó un fin de semana más con otra alineación diferente. Es más fácil adivinar la terminación del 'gordo' de navidad que adivinar el once del Real Valladolid cada fin de semana. Esta vez Luis Prieto y Cesar Arzo actuaron como pareja de centrales. La sorpresa llegaba en el centro del campo. Borja estuvo secundado por el multi-desusos Baraja y por el joven canterano Carlos Lázaro. La actuación del jugador del Promesas fue prácticamente la única nota destacable del encuentro. Con Borja prácticamente fuera del equipo la próxima temporada y Pelé de regreso a Oporto, el de Olmedo puede ser una baza importante a la hora de llevar la futura manija blanquivioleta.

Y es que pocas cosas se pueden destacar del encuentro de ayer. En uno de los pocos acercamientos del Real Valladolid al área rival -tuvo que ser a balón parado-, Medunjanin, por fin titular, botó un córner que el defensa santanderino Pinillos se encargó de colar en su propia red. Corría el minuto 19 y el Pucela se adelantaba en el marcador. El tanto espoleó ligeramente a los locales, aunque se siguió imponiendo el tedio reinante durante practicamente la totalidad del encuentro. El islote Diego Costa volvía a hacer de Robinson Crusoe en busca del tanto de la tranquilidad, siendo la única referencia de un Valladolid que buscaba el pitido final como agua de mayo. Pero al final pasó lo que tenia que pasar. Mucho se había hablado del joven Canales durante la semana, y el joven delantero se encargó de hacer valer los piropos que había recibido con un precioso tanto de vaselina.

Los racinguistas hacían justicia en un marcador que permanecería inamovible hasta el pitido final. Con este empate, el cuadro vallisoletano se acostará en el decimoséptimo lugar, a tan sólo un punto de los puestos de descenso. Y la cosa no queda ahí. Mendilibar y su cuadrilla regresarán a tierras pucelanas a un paso del infierno de la Segunda División y con la visita el próximo sábado (20.horas) del invencible Barça de Pep Guardiola

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